lunes, 7 de julio de 2008

Nintendo Wii - Lagrimitas de alegría

Hace un par de años comenzó lo que la prensa gringa bautizó "la guerra de las consolas". Los tres principales productores de consolas de videojuegos pusieron en venta la nueva generación de sus equipos, casi al mismo tiempo.

Por un lado, Microsoft ofreció el XBOX 360, su primera consola de alta definición y buenos gráficos a un precio moderado y con muy buena variedad de juegos. En la otra esquina, Sony se tardó varios meses más en poner a la venta el PlayStation 3, y aunque costaba más caro, tenía mejor tecnología e incluía un reproductor de discos "BluRay" de alta definición. Finalmente, Nintendo sacó al mercado el Wii, una consola mucho más modesta en términos de calidad de gráficos, y precio.

Y mientras el mundo estaba atento a cuáles de los dos primeros gigantes vencía a su rival, la consola de Nintendo poco a poco fue haciéndose más popular. El secreto de Nintendo fue su innovadora tecnología que permite que los jugadores interactúen con los videojuegos de maneras poco convencionales. Los controles del Wii, en lugar de tener montones de botones, y varias palanquitas, solamente tienen 2 botones principales, y además casi no se ocupan.

En cambio, estos controles (también conocidos como wiimotes) tienen sensores que traducen los movimientos de los jugadores en la vida real a movimientos dentro del juego. Una especie de realidad virtual, si vale la comparación. Para disfrutar de un videojuego de tennis, los jugadores no tienen que aprender complejas combinaciones de botones y palancas, simplemente basta con mover el wiimote de un lado al otro, como si tuvieran una raqueta en la mano. Por esta razón, el Nintendo Wii causó mucho interés en personas que típicamente no jugaban videojuegos. Debido a su facilidad de aprendizaje y uso, el Wii te permite jugar con el tío, la suegra, la prima embarazada, hasta el vecino sin dedos índices.

No me sorprende que hoy en día, Nintendo encabece la lista de ventas en E.E.U.U. y a dos años de su estreno, el Wii siga agotándose a las pocas horas de que las tiendas se reabastecen (tanto, que hay blogs dedicados a informar cuándo y en dónde llegarán los próximos cargamentos de Wii). Nintendo logró lo que muchas compañías sueñan: en lugar de pelearse un pedacito del competido mercado de videojugadores, se apañó casi en exclusiva un pastel mucho más grande: el de los no-jugadores (o si prefieren, jugadores casuales). Y lo sigue haciendo, con nuevas propuestas como el Wii Fit, el cual merece una blogueada más adelante).

Para un videojugador empedernido como yo, coincido con muchos otros fanáticos en que el Nintendo Wii no tiene gráficos espectaculares y hasta el momento no hay un juego que me enchine la piel o me impida despegarme de la tele hasta terminarlo. Sin embargo, el Wii me sigue sacando lagrimitas de alegría cada vez que escucho a mi esposa pedirme que juguemos un rato, o que compremos un nuevo juego.

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