jueves, 4 de marzo de 2010

¿Qué tan sociales queremos nuestras redes?

Foto: http://www.kpao.org/blog/2009/12/clensing-my-facebook-profile.html En un período de tiempo relativamente corto las redes sociales se han convertido en un medio de comunicación muy importante en Internet. Sin embargo, todavía sigue siendo un medio muy joven, y que la sociedad apenas está aprendiendo a usar. Mientras las redes sociales alcanzan su madurez, todos estamos aprendiendo por prueba y error qué tanto queremos compartir, y con quién queremos compartirlo.

Hasta hace poquísimos años casi todo lo que se hacía en Internet era anónimo, desde chatear hasta comentar un sitio. Cuando mucho, nuestra identidad la definía un pseudónimo conocido en el mundo de la computación como nombre de usuario. Todo cambió con la aparición de las redes sociales, cuyo concepto podríamos considerar como, hum… el antónimo de anónimo. En lugar de un pseudónimo, las redes sociales ahora nos piden nombre y apellidos, información de amigos de la infancia, pasatiempos y equipos de futbol, familiares, y fotos de graduación. A cambio de todo esto, podemos chismear sobre la vida y obra de cientos de personas que meses antes no nos importaban un carajo. I’ll show you mine if you show me yours.  

El problema comienza en que los límites de privacidad tienden a borrarse. Lo que para unos es información muy privada, otros no tienen el menor empacho en mostrar. Cada vez nos sentimos menos temerosos de compartir nuestras vidas en estas redes, y es bastante común que la gente termine perdiendo sus chambas por haber hablado pestes de su jefe, sin acordarse que lo habían agregado como “amigo”. Y eso es sólo si contamos a los distraídos que siempre olvidan quién puede ver su perfil. Falta tomar en cuenta a los que no sabemos que pueden ver nuestra información. En el 2008, Facebook estuvo envuelto en un escándalo por la forma en que maneja su publicidad y la información que le proporciona a los anunciantes sobre sus usuarios. Además de eso, se le ha criticado por la gran candidad de anuncios fraudulentos que permite en sus páginas.

Por si fuera poco, la proliferación de celulares con GPS y conexión a Internet ha dado a luz un nuevo tipo de redes sociales que utilizan la ubicación de los usuarios como parte integral de su propuesta (con Gowalla y Foursquare como los más importantes). Mucha gente, inadvertidamente, está publicando su ubicación geográfica en tiempo real no sólo a sus amigos, sino a todo el mundo. Sitios como PleaseRobMe.com están intentando provocar una reacción y hacer conciencia de este hecho.

Hace poco, Google inauguró su servicio Google Buzz, con el cual pretende entrar al juego de las redes sociales, integrando en una sola plataforma toda la actividad en las distintas redes sociales de sus usuarios. Hasta el momento, el producto ha sido muy criticado por el manejo de la privacidad de sus usuarios. Al parecer, Google decidió sacar el bollo antes de tiempo, y se le está desinflando. Aun así, entre las características más destacables de la propuesta de Google está la integración con su servicio de Google Maps, para poder darle una localización geográfica a cada mensaje enviado. Por supuesto, con todos los riesgos de seguridad que esto conlleva.

Mi hipótesis es que las redes sociales son un canal de comunicación que todavía está en la infancia. Aunque no dudo que llegaron para quedarse, y que en unas generaciones van a ser tan ubicuas como el correo electrónico (si no es que terminan por sustituirlo), también creo que la sociedad irá aprendiendo y madurando en la forma en que las usan, definiendo cada vez más las fronteras de lo privado y lo público. A final de cuentas, casi siempre la tecnología se adecua a las costumbres, y no viceversa.

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